La discapacidad auditiva trascienda hasta donde la desigualdad lo permite

22 de junio de 2021

Más allá de las distintas opiniones que despierta el contexto de protesta social que atraviesa el país, existe un clamor popular frente al cual no se puede ser indiferente: la urgencia de reducir la brecha de desigualdad. Lamentablemente Colombia es un ejemplo de múltiples crisis en materia de igualdad. Su retrato más evidente es la pobreza producto de una historia de violencia que aún no termina. Una historia que sistemáticamente aísla y margina a buena parte de la población, reduciendo sus esperanzas, su expectativa de desarrollo y sus oportunidades de progresar.

Ahora, ¿qué pasa cuándo a todos estos problemas sociales, se les suma “discapacidades” o enfermedades que no tienen cura y que de una u otra forma acentúan la desigualdad en una sociedad que, si bien no rechaza activamente a las personas que padecen estas condiciones, tampoco se esfuerza mucho por integrarlas?

Si bien las nuevas generaciones han puesto al mundo entero a tomar cierta conciencia sobre la importancia de la inclusión en distintos ámbitos de la vida: sexual, religioso, cultural, las discapacidades siguen siendo una deuda pendiente. El reconocimiento de derechos, partiendo de un abordaje causal, es uno de los avances más importantes hacia el cual debemos volcar nuestros esfuerzos como sociedad; en función de aportar a la solución de los profundos problemas sociales y estructurales de nuestro país. Para el campo de la salud (auditiva para los propósitos de este artículo) la situación no es diferente.

Pensar en estas condiciones nos pone en un terreno polémico en el que la discapacidad, entendida como un estado de diversidad funcional, requiere que las tareas cotidianas se realicen de forma diferente a como se espera que las realice el común de la población. Para el caso de la audición, demandando unos ajustes razonables que integran formas de comunicación (lingüística) particular.

Hay muchos tipos de enfermedades auditivas, pero ¿hasta qué punto son condiciones incapacitantes que privan a las personas de sus sueños y oportunidades? Existe un amplio terreno gris donde vale la pena preguntarnos si con las herramientas adecuadas se podrían cerrar las brechas de desigualdad y garantizar a miles de personas sordas su derecho a un empleo digno que ofrezca un futuro digno, libre y autónomo sin importar su condición.

El lenguaje es la facultad propia del ser humano para expresar ideas, pensamientos y sentimientos por medio de un sistema de signos. Hay muchos tipos de lenguaje y así mismo muchos sistemas de signos que no requieren la presencia de la facultad oral/auditiva. El informático, el matemático, la fotografía, el cine, entre otros. Reducirlos a un único lenguaje es sumamente restrictivo para minorías que por sus condiciones no lo emplean en su comunicación.

Muchos de estos lenguajes además constituyen la base de ciencias y áreas de conocimiento que producen miles de empleos, uno de los principales derechos vulnerados de las personas sordas o con otro tipo de condición comunicativa.

En Colombia se ha avanzado mucho en lo formal y poco en lo material. La ley 1618 de 2013, que busca garantizar y asegurar el ejercicio efectivo de los derechos de esta población prescribe, acertadamente, lo que deberíamos hacer para transformarnos en una sociedad incluyente.

El derecho al trabajo, a la salud y a la educación, entre otros, son estipulados con carácter obligatorio en su cumplimiento. No obstante, como suele pasar en nuestro país, del papel a la realidad existe un gran vacío. (La República, 2017).


En tiempos donde se predica la inclusión de ideologías es menester devolver la mirada a las minorías que por cuestiones físicas o fisiológicas han sido apartadas de la sociedad y dar un punto de giro a la narrativa construida sobre ellos. El lenguaje inclusivo no solo aplica para temas de identidad sexual o racial, se debe aplicar para todos los casos y contextos en los que coexisten condicionantes sociales que dan pie a la discriminación.

Ubicación

Sede Bogotá: Calle 124 # 7-38
Unidad de Especialistas Santa Fe Real
Local 203

Sede Chía: Vereda Bojaca Finca La Fé

Contacto

Email: citasipsical@icalcolombia.org

Teléfonos Citas Chía y Bogotá:
314 219 8377 - 601 704 6030