El retraso en el desarrollo del lenguaje ocurre cuando hay diferencias temporales entre el desarrollo normal del lenguaje en la niñez y el desarrollo del lenguaje del niño. El rango de desarrollo normal del lenguaje es muy amplio, por lo que los retardos en el desarrollo del lenguaje no siempre son fáciles de detectar.
Esto puede llevar a la pronunciación (dislalia), al uso de la gramática (disgramatismo) o a restricciones de vocabulario. Los problemas en el desarrollo del lenguaje ocurren en forma aislada o en conexión con otros trastornos del desarrollo del niño.
La adquisición normal del idioma comienza en la infancia y termina aproximadamente al comienzo de la escuela. Depende de varios factores externos, como la educación bilingüe o el estatus social de los padres, y el propio ritmo de aprendizaje del niño.
El desarrollo normal del lenguaje requiere una audición sin restricciones, suficientes habilidades mentales y contactos sociales. El habla activa también requiere un movimiento correcto y la interacción ininterrumpida de muchos músculos grandes y pequeños en las áreas del tronco, el cuello y la boca.
Aunque el desarrollo del lenguaje varía mucho de un individuo a otro y depende de muchos factores, en este proceso se pueden identificar datos clave o puntos de referencia llamativos.
Por ejemplo, los bebés a partir de los seis meses reproducen sonidos y muestran reacciones fuertes a su entorno. Hasta su primer cumpleaños, los niños entienden las palabras y las repiten.
A la edad de un año y medio, los niños deben tener un vocabulario de entre 15 y 18 palabras, que aumenta a 350 al comienzo del tercer año de vida. A la edad de cuatro y seis años, el vocabulario crece a cerca de 1,500 y más de 4,000 palabras respectivamente.
Los niños de hasta dos años de edad deben ser capaces de formular oraciones de una palabra, y hasta los tres años de edad deben ser capaces de decir oraciones de dos y tres palabras.
¿Cuándo y dónde debe ser examinado el niño?
Es importante que los exámenes de detección temprana recomendados sean realizados por un médico. Desde la cuarta semana de vida hasta el sexto año de vida, el médico comprueba la capacidad auditiva y el desarrollo del habla de los niños.
Además, los padres deben consultar a su pediatra tan pronto como sospechen que su hijo tiene un retraso en el desarrollo del habla.
Durante los exámenes, el médico le hará preguntas al niño para ver si puede expresarse de acuerdo a su edad. Por ejemplo, comprobará la longitud de las oraciones y si las palabras y oraciones contienen errores.
Si se confirma la sospecha de retraso en el desarrollo del lenguaje, el médico o el personal de un departamento especializado en pruebas auditivas para niños (pediatría) examinarán la audición.
Si la audición es normal, se realizará un examen neurológico con diagnóstico del desarrollo en los niños. Esto puede hacerse, por ejemplo, en un centro social pediátrico o en un departamento especializado similar. Se recomienda un coexamen logopédico para la clasificación exacta del retraso en el desarrollo del habla.
Para aclarar las causas del retraso en la adquisición del habla, se pueden realizar exámenes adicionales, por ejemplo, la medición de las ondas cerebrales por medio de EEG (electroencefalografía).
Causas del retraso en el desarrollo del lenguaje
Una de las causas más comunes de retraso del habla es la discapacidad auditiva. Las infecciones recurrentes del oído medio o una meningitis anterior pueden ser la causa.
Otra causa importante es un retraso general en el desarrollo. Esto puede ocurrir en el contexto de discapacidades congénitas y después de una severa deficiencia de oxígeno durante el parto. Sin embargo, uno no siempre encuentra una causa para el retraso general del desarrollo.
A veces el retraso en el desarrollo del habla también se debe a circunstancias familiares. En un examen más detallado, no es raro que uno de los padres u otro miembro de la familia también haya tenido problemas con la adquisición del idioma.
Los retrasos en el desarrollo de la expresión oral también se encuentran en el autismo en la primera infancia, que se asocia con dificultades de contacto y habilidades sociales limitadas.
Los errores de pronunciación pueden ser causados por malformaciones en la cavidad nasofaríngea, por ejemplo, en el labio leporino, la mandíbula y el paladar hendido.
Opciones de tratamiento existen
Las opciones de tratamiento dependen de las causas del trastorno. Si la inflamación del oído medio es la causa del retraso en el desarrollo del habla, se requiere el tratamiento adecuado. Algunas veces, se extirpan las amígdalas agrandadas.
Si se detecta un trastorno auditivo congénito, el niño recibe un audífono y apoyo auditivo temprano. Dado que el niño debe haber alcanzado un cierto nivel de desarrollo para la terapia del habla, él o ella deben recibir primero una educación de recuperación temprana si hay un retraso en el desarrollo.
Si se presentan trastornos motores, se puede empezar temprano con fisioterapia especial para los músculos de la boca. Estos ofrecen terapeutas avanzados del habla y fisioterapeutas. Otro paso importante es la terapia del habla, que puede ser útil desde los tres años y medio hasta los cuatro años de edad.
A esta edad también se debe comenzar con el tratamiento, si el niño habla de manera poco comprensible para los forasteros y no domina muchas letras y la estructura de la oración.
En el caso de malformaciones de la boca y la garganta, también es necesaria una terapia temprana del habla. Si es posible, un médico corregirá la malformación con una operación.
¿Qué puedes hacer?
Es importante participar regularmente en los exámenes de detección precoz de los niños. El médico puede detectar trastornos auditivos o desarrollo del habla.
También es útil hablar con el niño en una etapa temprana, es decir, desde el nacimiento. Sin embargo, la audición del niño no debe verse sobrecargada (CD, radio, televisión), sino que también se le debe dar la oportunidad de experimentar el silencio.
Si la movilidad de la boca se ve perturbada, los niños pueden entrenarla con los llamados juegos de soplar (pompas de jabón, soplar algodón con una pajita, soplar un globo).
La comunicación oral nos permite relacionarnos con los otros. Por lo tanto, cuando haya sospecha de un trastorno auditivo o retraso en el desarrollo del lenguaje, un médico debe examinar al niño. Si se encuentran las causas y se buscan soluciones, su niño seguirá desarrollando el habla.