Cómo saber si mi hijo necesita terapia del lenguaje es fácil de detectar, puesto que de inmediato identificarás que tiene un problema para comunicarse. Estos bien pueden derivar de algún sentido corporal o por razones psicológicas.
En ambos casos, afectan muchísimo al niño o joven que se encuentra en una etapa de plena socialización y desarrollo motriz, intelectual y social. Por otro lado, es importante que tengas en cuenta que la terapia de lenguaje no se resuelve de la noche a la mañana.
En ocasiones el tiempo invertido en la salud de tu hijo es bastante largo, pero rinde los frutos esperados, sobre todo si tributa con elevar las capacidades humanas del niño o joven. Esto será un gran aprendizaje con el cual podrás ayudar a otros padres. Te explicamos más sobre este asunto.
Para resolver la incógnita de cómo saber si mi hijo necesita terapia del lenguaje tienes que abordarlo de forma integral y participativa, pues se dan ciertas condiciones particulares del niño o joven afectado, la presencia de padres, amigos y familiares, así como de maestros y otros instructores que deben articularse en conjunto.
Cada etapa humana tiene condiciones especiales para su desarrollo. Esto es importante tenerlo en
cuenta para fortalecer los vínculos comunicativos, o las capacidades expresivas de los seres humanos.
Por ende, deja que tu hijo se exprese de forma natural y espontánea. Evita gritarlo, amenazarlo o
agredirlo cuando expresa una opinión errada, fuera de contexto o lugar. Procura corregirlo con
pedagogía positiva, para que entienda la equivocación y no le de miedo volverse a expresar.
El estado emocional es tan importante que, puede limitar severamente la forma de hablar de los niños.
Si esto es lo que está ocurriendo, es necesario visitar al especialista para ayudar a tu hijo
a superar este trance.
La revisión del oído y la capacidad auditiva del niño es indispensable que la determine el Otorrino, pues le corresponde dar un diagnóstico preciso, para incorporarlo a las terapias del lenguaje.
3- Problemas para hablarAunque esto se relaciona mucho con el sistema auditivo, pues quien no escucha no habla; puede ocurrir que haya problemas en la cavidad bucal que afectan el normal desarrollo de la emisión de voz, en cuanto a tono y pronunciación.
Tu hijo amerita de observación, mirarlo y escuchalo cuando juegue y socialice con sus compañeros de escuela o los de la comunidad; no obstante, si lo notas distraído puede que haya ocurrido algo que lo afecte. En este sentido, busca la manera de incorporarlo a juegos en los que demuestre sus habilidades.
De esta forma, un tanto indirecta, puedes descubrir si se trata de un problema de lenguaje, de habla, de la expresión oral fluida y coherente que lo mantiene retraído. Por ende, comienza a ayudarlo practicando las palabras más comunes que se utilizan en situaciones de juego.